BULLYING
Bullying es un anglicismo que no forma
parte del diccionario de la Real Academia Española
(RAE), pero cuya utilización es cada vez más habitual en
nuestro idioma. El concepto refiere al acoso escolar y
a toda forma de maltrato físico, verbal o psicológico que se produce
entre escolares, de forma reiterada y a lo largo del tiempo.
El bullying suele
tener lugar en el aula y en el patio de la escuela. Este tipo de violencia por lo general afecta a niños
y niñas de entre 12 y 15 años,
aunque puede extenderse a otras edades.
Cuando se
habla de bullying hay que establecer que los profesionales expertos en la
materia tienen muy claro qué perfiles tienen el acosador y el acosado. Así, en
el primer caso, estas son las principales señas de identidad que le definen:
• El
acosador es alguien que necesita tener el dominio sobre otro para sentirse
poderoso y así ser reconocido.
• Carece
de habilidades sociales y no muestra ningún tipo de capacidad de empatía.
• Por
regla general, es alguien que suele tener problemas de violencia en su propio
hogar.
• No
tiene capacidad de autocrítica y manipula a su antojo la realidad.
En el segundo caso, el del acosado, estas podemos decir que son las
características que le suelen identificar:
• Es alguien sumiso.
• Tiene baja autoestima y además no posee una personalidad segura.
• Presenta una incapacidad absoluta para defenderse por sí mismo.
• Se trata de una persona muy apegada a su familia y que no tiene autonomía.
• Suele presentar algún tipo de diferencia con el resto de sus compañeros de clase en lo que se refiere a raza, religión, físico…
• Es alguien sumiso.
• Tiene baja autoestima y además no posee una personalidad segura.
• Presenta una incapacidad absoluta para defenderse por sí mismo.
• Se trata de una persona muy apegada a su familia y que no tiene autonomía.
• Suele presentar algún tipo de diferencia con el resto de sus compañeros de clase en lo que se refiere a raza, religión, físico…
El agresor o acosador molesta a su víctima de distintas maneras, ante el
silencio o la complicidad del resto de los compañeros. Es habitual que el
conflicto empiece con burlas que se vuelven sistemáticas y que pueden derivar
en golpes o agresiones físicas.
Los casos de bullying revelan un abuso de poder. El
acosador logra la intimidación del otro chico, que lo percibe como más fuerte,
más allá de si esta fortaleza es real o subjetiva. Poco a poco, el niño acosado
comienza a experimentar diversas consecuencias psicológicas ante la situación,
teniendo temor de asistir a la escuela, mostrándose retraído ante sus
compañeros, etc.
El bullying se ha convertido en una de las principales preocupaciones
que tienen los padres respecto a sus hijos. Por tanto, es importante que
aquellos presten atención a signos que pueden indicar que sus vástagos están
sufriendo acoso escolar:
• El adolescente presenta cambios de humor muy bruscos.
• Tiene miedo de ir al colegio y por eso siempre pone excusas para faltar a clase.
• Se produce un importante cambio en lo que es el rendimiento escolar.
• No cuenta nada sobre su día a día en el centro.
• El adolescente presenta cambios de humor muy bruscos.
• Tiene miedo de ir al colegio y por eso siempre pone excusas para faltar a clase.
• Se produce un importante cambio en lo que es el rendimiento escolar.
• No cuenta nada sobre su día a día en el centro.
Con las nuevas tecnologías, el bullying se ha extendido al hogar de las
víctimas, en lo que se conoce como ciberbullying. Los
acosadores se encargan de molestar a través de Internet, con correos electrónicos intimidatorios, la difusión
de fotografías retocadas, la difamación en redes sociales y hasta la creación de páginas web con contenidos agresivos.
BULLYING FÍSICO
Es el tipo de acoso más común, especialmente entre chicos. Incluye
golpes, empujones e incluso palizas entre uno o varios agresores contra una
sola víctima, En ocasiones, se produce también el robo o daño intencionado de
las pertenencias de las víctimas
BULLYING PSICOLÓGICO
En este caso existe una persecución, intimidación, tiranía, chantaje,
manipulación y amenazas al otro. Son acciones que dañan la autoestima de la
víctima y fomentan su sensación de temor, con el problema añadido que son las
más difíciles de detectar por parte de profesores o padres porque son formas de
acoso o exclusión que se llevan a cabo a espaldas de cualquier persona que
pueda advertir la situación.
Frecuentemente, los agresores utilizan esta forma de acoso con el fin de
subrayar, reforzar o resaltar acciones llevadas a cabo con anterioridad,
manteniendo así latente la amenaza. Incrementan la fuerza del maltrato, pues el
acosador exhibe un poder mayor al mostrar que es capaz de amenazar aunque esté
presente una figura de autoridad.
En el agredido, aumenta el sentimiento de indefenso y
vulnerabilidad, pues percibe este atrevimiento como una amenaza que tarde
o temprano se materializará de manera más contundente. Pueden consistir, por
ejemplo, en una mirada, una señal obscena, una cara desagradable o un gesto.
BULLYING VERBAL
Son acciones no corporales con la finalidad de discriminar, difundir
chismes o rumores, realizar acciones de exclusión o bromas insultantes y
repetidas del tipo poner apodos, insultar, amenazar, burlarse, reírse de los
otros, generar rumores de carácter racista o sexual, etc. Es más utilizado por
algunas chicas a medida que se van acercando a la adolescencia.
CIBER-BULLYING O BULLYING CIBERNÉTICO
Con la penetración de las nuevas tecnologías, cada vez es más frecuente
este tipo de actos. Es un tipo de acoso muy grave y preocupante por la gran
visibilidad y alcance que se logra de los actos de humillación contra la
víctima y el anonimato en que pueden permanecer los acosadores.
Los canales son muy variados: mensajes de texto en móviles, tablets y
ordenadores, páginas web y blogs, juegos online, correos
electrónicos, chats, encuestas online de mal gusto, redes sociales,
suplantación de identidad para poner mensajes, etc.
Con independencia del tipo de bullying, el perfil del acosador suele ser
el de una persona físicamente fuerte, impulsiva, dominante, con conductas
antisociales y con una ausencia total de empatía con sus víctimas.
ACOSO ESCOLAR
El acoso escolar (también
conocido como hostigamiento escolar, matonaje escolar, matoneo
escolar, maltrato escolar o en inglésbullying) es
cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido
entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo
determinado tanto en el aula, como a través de las redes sociales, con el
nombre específico de ciberacoso. Estadísticamente, el tipo de violencia dominante
es el emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de
los centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen
ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia,
siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas.
El acoso escolar es
una forma característica y extrema de violencia
escolar.
El acoso escolar es
una especie de tortura, metódica y sistemática, en la que el
agresor sume a la víctima, a menudo con el silencio, la indiferencia o la
complicidad de otros compañeros.1
Este tipo de violencia escolar se
caracteriza, por tanto, por una reiteración encaminada a conseguir la
intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder en tanto que es
ejercida por un agresor más fuerte (ya sea esta fortaleza real o percibida
subjetivamente) que aquella. El sujeto maltratado queda, así, expuesto física y
emocionalmente ante el sujeto maltratador, generándose como consecuencia una
serie de secuelas psicológicas (aunque estas no formen parte del diagnóstico);
es común que el acosado viva aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y
que se muestre muy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana. En
algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre
el suicidio e
incluso su materialización, consecuencias propias del hostigamiento hacia las
personas sin límite de edad.




